Si bien vivimos en una era la cual la tecnología nos ha facilitado muchas acciones cotidianas, la pandemia ha transformado y apresurado los avances tecnológicos para cambiar nuestro estilo de vida por completo. Ya que a través de sistemas digitales y la globalización, es posible comunicarse, estudiar, trabajar, divertirse, comprar, etc.
Sin embargo, la educación virtual ha sido un tema complejo de entender y llevar a su ejecución.
Comencemos por reconocer los grandes desafíos y ventajas de cada uno de diferentes los formatos de la nueva enseñanza.

Ventajas de clases presenciales

Las clases en formato presencial crean un espacio donde hay innumerables oportunidades para desarrollar habilidades socioemocionales y adquirir valores para vivir en sociedad; muchos de éstos se inculcan desde edades muy tempranas.

• En el modelo presencial, las actividades y la forma de aprender son más dinámicas y participativas, sobre todo en los pequeños.
• Se generan vínculos más cercanos entre maestros y alumnos, se crean lazos de amistad y se fortalecen valores como el compañerismo y la solidaridad.
• No hay brecha tecnológica ni problemas técnicos (éstos quitan tiempo de estudio).
• Motivación de los alumnos al sentirse conectados con el aprendizaje.
• Reducción considerable de distractores que se tienen en casa.

Desventajas y desafíos de la educación en línea.

Se ha comprobado que la educación virtual, particularmente entre los niños más pequeños no siempre permite que los estudiantes aprovechen todas sus capacidades y potencial. Esto se debe a la falta de un espacio dirigido, sin los distractores de casa y con la presencia de los pares, el material adecuado y los recursos correctos. Las principales desventajas observadas en este modelo son:

• En grados de pre-escolar y primaria, tantos los niños como los maestros no logran la sensibilidad suficiente para entender, generar y reconocer gestos, emociones y sensaciones, como se lograría al estar conviviendo en vivo.
• El aislamiento, desmotivación, e incluso soledad, llegan a frenar los resultados académicos y el bienestar socioemocional del estudiante.
• Se ha observado que tanto los estudiantes como los docentes que viven la educación virtual presentan mayores problemas de motivación, estrés y agotamiento mental.
• El exceso de uso de pantallas conlleva a realizar menos actividad física, menos actividades al aire libre e incluso reduce la calidad del sueño.
• En los modelos virtuales es en los que se han registrado índices más altos de deserción y abandono del aula.

En conclusión, la educación presencial, particularmente para niños de preescolar y primaria, siempre será la mejor experiencia de aprendizaje pues es imprescindible entender que a nivel evolutivo los seres humanos somos criaturas sociables. El poder asistir a la escuela les permite tener la libertad para interaccionar con otros niños y aprender, expresarse y convivir libremente dándoles herramientas para la vida y reforzando su seguridad y autoestima.

A pesar de esto, estamos seguros que las nuevas modalidades de enseñanza también seguirán evolucionando y podremos aprovechar la flexibilidad que nos dan y lograr que las nuevas generaciones poco a poco se adapten a ellas.