Todos los días tomamos decisiones con respecto a la vida de nuestros hijos.  Muchas de ellas con mayor relevancia que otras. Desde qué alimentación debemos proporcionarles hasta cuánto tiempo de televisión deberían tener.

Algunas de las decisiones son sencillas y las respuestas son simples. Y es que, desde el inicio de la vida de los hijos, entramos en contacto con muchísima información que nos ayuda y orienta para saber cuál es el mejor camino o el que mejor funciona para nuestra familia.

En el caso de la educación, desafortunadamente las cosas no suelen ser tan sencillas. Aquí entramos en un terreno complejo y desconocido: En general sabemos muy poco de los sistemas educativos, de los modelos académicos, de los proyectos escolares y, sobre todo, no tenemos certeza de qué es lo que realmente le va a funcionar a nuestra familia. Hay solo una cosa que sí sabemos: Esta decisión va a tener un tremendo impacto en la vida de nuestros hijos. Y esto provoca muchísima ansiedad. Pero vamos a tomarlo con calma.

Como en todos los ámbitos, sí existe información y mucha. Pero para los padres que empezamos la búsqueda, es complejo saber cuál es el inicio. Por lo general, tenemos una noción gracias a lo que hemos escuchado, a lo que nos han recomendado. Pero en realidad, ¿Por dónde se empieza? ¿Se busca escuela por internet? ¿Se aprende acerca de los modelos pedagógicos para después decidir? ¿Se busca la escuela más cercana? ¿O aquella con el mejor prestigio? ¿Habrá que visitar miles de escuelas? ¿O simplemente se matricula a los hijos en la escuela donde nosotros estudiamos?

Toda esta confusión es resultado de la siguiente ecuación:

Revolvemos nuestras expectativas y deseos con las necesidades particulares de nuestros hijos y todo esto termina mezclado en un remolino de desinformación. Y es este hecho el que tiene como resultado esa tremenda ansiedad que sentimos.

Ahora vamos por partes. Lo primero que necesitas saber es que allá afuera hay una enorme oferta de colegios. Que sin duda encontrarás el que te funciona y que, a pesar de esto, si te equivocas, puedes remediarlo.

¿Como comenzar?

Comienza por hacer una lista con tus expectativas, deseos y necesidades. Ponle a tu lista todo lo que se te ocurra, describe tu escuela ideal. Ya que la tengas, es necesario que priorices y resaltes aquellas cosas que para ti no son negociables y aquellas en las que si estarías dispuesto a ceder.

Ahora lo más importante: Centrarse en el niño. Complementa tu lista con las características de tu hijo, pon en papel todo aquello que te parezca relevante, por ejemplo, si consideras que tu niño es muy motriz, muy enfocado a los deportes o tiene un enfoque más artístico, si prefiere los exteriores o se siente más cómodo en espacios contenidos, si consideras que su pensamiento es más matemático y  estructurado, si te parece un niño más sociable y verbal o talvez de temperamento reservado, si es muy sensible o incluso si tiene alguna necesidad específica.

Ahora ya tienes las 2 variables más importantes. Estas listo para comenzar tu búsqueda.

Usa todos los medios que tengas a la mano para averiguar que instituciones pueden volverse opciones viables: Pregunta a familiares, recibe recomendaciones de amigos, pregunta a tus vecinos por las escuelas que hay alrededor, revisa sitios de internet, busca en redes sociales, consigue revistas y periódicos especializados y, sobre todo, visita las instituciones que te parezca que pueden funcionar.

Ya que tengas algunas posibles escuelas identificadas, clasifícalas. Existen infinidad de listados de preguntas para responder en esta parte del proceso. En nuestro caso, y sin ningún orden en específico, las 7 preguntas que consideramos las más importantes son:

1. ¿Esta escuela y su comunidad son compatibles con mi estilo de vida?
2. ¿Es una escuela donde a mí me hubiera gustado estudiar?
3. ¿Los valores del colegio son congruentes con los de mi hogar?
4. ¿Es un espacio donde se respetan las necesidades emocionales y psicológicas de los niños?
5. ¿Veo feliz aquí a mi hijo?
6. ¿Académicamente cumple con las expectativas de mi familia?
7. ¿Me siento tranquila/o de dejar aquí a mi hijo?

Cuando tengas estas respuestas, revisa aquello que tienes en la lista que realizaste previamente, y cuando analices toda esta información, tendrás muy claro el camino. Si la escuela es la correcta lo sabrás. Si no has llegado, sigue buscando, te aseguro que siempre hay una escuela perfecta para tu familia.

Y lo más importante en el momento de la elección es estar tranquilos y dejarnos llevar sin estrés en el proceso, siempre priorizando el bienestar físico, emocional y mental de nuestros hijos.